Estrés, ansiedad y depresión
Definición de estrés
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”.
¿Qué es el estrés?
Conceptos
En términos globales, se trata de un mecanismo que atañe principalmente a nuestro sistema nervioso central, ya que nos alerta de alguna situación o evento que nos saca de nuestra homeostasis y que es necesario para la supervivencia. Cualquier cambio o circunstancia diferente que se presente ante nuestras vidas, como cambiar de trabajo, hablar en público, presentarse a una entrevista o cambiar de residencia, puede generar estrés.
Ahora bien, el estrés es un mecanismo evolutivo, adaptativo y necesario; un determinado grado de estrés, estimula el organismo y permite que éste alcance su objetivo, volviendo al estado basal cuando el estímulo ha cesado, sin estrés en el caso de que, por ejemplo, tengamos un accidente de coche, se nos caiga una rama encima o tengamos que emprender una tarea difícil pero necesaria. En este caso, seríamos incapaces de abordarlo. Es por eso, que se diferencia entre dos conceptos:
Eustrés
Hablamos de eustrés cuando nos referimos al “estrés positivo”. Esto es que, ante una situación estresante y que supone un reto, el sujeto es capaz de afrontarla con una respuesta adaptativa, en la que el propio cuerpo se adapta y experimenta emociones agradables ante dicha situación.
Distrés
Es como se define al “estrés negativo”, es estrés crónico que no es nada adaptativo, y nos lleva, en la mayoría de los casos, a numerosos problemas de salud tanto mentales como físicos.
¿Qué es el burn out?
El síndrome de “burnout” es definido por la OMS como una enfermedad consecuencia del estrés laboral crónico. Se caracteriza por sensación de agotamiento, distancia mental con el trabajo, pensamientos negativos y sentimientos de frustración e ineficacia. Es un proceso paulatino que deriva en una alteración psicológica y que está vinculado exclusivamente al entorno del trabajo.
Sería un tipo de distrés, pero muy relacionado con el ámbito laboral.
Por tanto, con estas definiciones, vemos como nuestro organismo espera y necesita cierto grado de estrés, por ello ahora se están poniendo tan de moda los mecanimos horméticos (buscar pequeños estresores que nuestro genética espera, como pueden ser la exposición al frío-calor, ayunos de comida… con el resultado de que nuestro organismo se haga más fuerte). Pero, con lo que el mecanismo, no sabe ni puede lidiar, es con el estrés mantenido en el tiempo que no supone una adaptación más allá de un deterioro de nuestra salud. Ahora ya no tenemos la amenaza de leones que nos coman o tribus que nos invadan, pero sí tenemos jefes, hipotecas, problemas con los hijos, enfermedades de un familiar, problemas económicos… Nuestro mecanismo de supervivencia (eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal) se acaba agotando, llevándonos a varias de las patologías que sufrimos actualmente, como son: la depresión y la ansiedad.
Estrés - - > Ansiedad y depresión
Muchas veces la ansiedad y depresión son el subproducto de todo ese tipo de situaciones mantenidas en el tiempo y, sin cambiar muchos de los mecanismos que las producen, es difícil revertirlas.
Hay dos definiciones muy sencillas de las personas que sufren de ansiedad o depresión:
- Ansiedad: Gente que vive proyectándose constantemente en el futuro, algo que tenía un sentido evolutivo para adelantarse al posible peligro o amenaza en nuestras generaciones muy anteriores, pero a día de hoy, es algo que nos lleva a estar constantemente previendo posibles escenarios de situaciones (la mayoría negativos) y sufriendo por ellos antes de tiempo, activando así, la misma respuesta de estrés que si realmente sucedieran, pero nunca suceden o suceden de otra manera a la que nos hemos planteado durante tiempo. Estudios nos dicen que el 90% de los escenarios que nos planteamos, nunca suceden.
- Depresión: Personas que viven constantemente en el pasado, recordando eventos o causas negativas, lamentándose, intentando cambiar aquello que no se puede cambiar y, por tanto, llevándoles a un estado de melancolía, tristeza y, más tarde, a estos procesos depresivos.
Por tanto, en este tipo de patología, debe existir una parte de inteligencia emocional, que nos ayude a tener herramientas para gestionar nuestras propias emociones y pensamientos, ya que, sin esa base, es complicado solucionarlas y no volver a recaer en ellas.
El síndrome de “burnout” es definido por la OMS como una enfermedad consecuencia del estrés laboral crónico. Se caracteriza por sensación de agotamiento, distancia mental con el trabajo, pensamientos negativos y sentimientos de frustración e ineficacia. Es un proceso paulatino que deriva en una alteración psicológica y que está vinculado exclusivamente al entorno del trabajo.
Sería un tipo de distrés, pero muy relacionado con el ámbito laboral.
Por tanto, con estas definiciones, vemos como nuestro organismo espera y necesita cierto grado de estrés, por ello ahora se están poniendo tan de moda los mecanimos horméticos (buscar pequeños estresores que nuestro genética espera, como pueden ser la exposición al frío-calor, ayunos de comida… con el resultado de que nuestro organismo se haga más fuerte). Pero, con lo que el mecanismo, no sabe ni puede lidiar, es con el estrés mantenido en el tiempo que no supone una adaptación más allá de un deterioro de nuestra salud. Ahora ya no tenemos la amenaza de leones que nos coman o tribus que nos invadan, pero sí tenemos jefes, hipotecas, problemas con los hijos, enfermedades de un familiar, problemas económicos… Nuestro mecanismo de supervivencia (eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal) se acaba agotando, llevándonos a varias de las patologías que sufrimos actualmente, como son: la depresión y la ansiedad.
La depresión y ansiedad
Muchas veces la ansiedad y depresión son el subproducto de todo ese tipo de situaciones mantenidas en el tiempo y, sin cambiar muchos de los mecanismos que las producen, es difícil revertirlas.
Hay dos definiciones muy sencillas de las personas que sufren de ansiedad o depresión:
–Ansiedad: Gente que vive proyectándose constantemente en el futuro, algo que tenía un sentido evolutivo para adelantarse al posible peligro o amenaza en nuestras generaciones muy anteriores, pero a día de hoy, es algo que nos lleva a estar constantemente previendo posibles escenarios de situaciones (la mayoría negativos) y sufriendo por ellos antes de tiempo, activando así, la misma respuesta de estrés que si realmente sucedieran, pero nunca suceden o suceden de otra manera a la que nos hemos planteado durante tiempo. Estudios nos dicen que el 90% de los escenarios que nos planteamos, nunca suceden.
–Depresión: Personas que viven constantemente en el pasado, recordando eventos o causas negativas, lamentándose, intentando cambiar aquello que no se puede cambiar y, por tanto, llevándoles a un estado de melancolía, tristeza y, más tarde, a estos procesos depresivos.
Por tanto, en este tipo de patología, debe existir una parte de inteligencia emocional, que nos ayude a tener herramientas para gestionar nuestras propias emociones y pensamientos, ya que, sin esa base, es complicado solucionarlas y no volver a recaer en ellas.
La depresión y ansiedad
Muchas veces la ansiedad y depresión son el subproducto de todo ese tipo de situaciones mantenidas en el tiempo y, sin cambiar muchos de los mecanismos que las producen, es difícil revertirlas.
Hay dos definiciones muy sencillas de las personas que sufren de ansiedad o depresión:
–Ansiedad: Gente que vive proyectándose constantemente en el futuro, algo que tenía un sentido evolutivo para adelantarse al posible peligro o amenaza en nuestras generaciones muy anteriores, pero a día de hoy, es algo que nos lleva a estar constantemente previendo posibles escenarios de situaciones (la mayoría negativos) y sufriendo por ellos antes de tiempo, activando así, la misma respuesta de estrés que si realmente sucedieran, pero nunca suceden o suceden de otra manera a la que nos hemos planteado durante tiempo. Estudios nos dicen que el 90% de los escenarios que nos planteamos, nunca suceden.
–Depresión: Personas que viven constantemente en el pasado, recordando eventos o causas negativas, lamentándose, intentando cambiar aquello que no se puede cambiar y, por tanto, llevándoles a un estado de melancolía, tristeza y, más tarde, a estos procesos depresivos.
Por tanto, en este tipo de patología, debe existir una parte de inteligencia emocional, que nos ayude a tener herramientas para gestionar nuestras propias emociones y pensamientos, ya que, sin esa base, es complicado solucionarlas y no volver a recaer en ellas.
Factores que influyen en sufrir depresión y ansiedad
Una vez analizada la parte emocional, éstas, son patologías que se deben abordar la parte física y ello pasa por analizar la posible inflamación de grado bajo, neuroinflamación, estado de nuestra microbiota, estado de nuestro intestino, estado de nuestro sistema nervioso parasimpático… y los factores epigenéticos que influyen en todos esos aspectos:
-Composición corporal: esa inflamación de grado bajo que conlleva, influirá claramente en la depresión y en procesos de ansiedad.
“Teoría inflamatoria de la depresión: una de las nuevas vías de investigación en los últimos años en diversos trastornos psiquiátricos y neurológicos y, concretamente, en la depresión, es la teoría inflamatoria. La teoría inflamatoria postula que una inflamación crónica de bajo grado puede suponer un mecanismo etiopatogénico en la depresión”.
-Nutrición: dieta rica en ciertos macronutrientes y micronutrientes que nos ayudan o no en nuestra salud mental.
-Estilo de vida: si paseamos, nos da el sol, tenemos contacto con la naturaleza, etc. todo ello regula nuestros relojes internos y, por tanto, nuestras hormonas y neurotransmisores.
-Calidad de nuestro sueño: Como hablamos en el otro apartado de trastorno del sueño, sin descanso de calidad, es difícil que tengamos las armas suficientes para que nuestro organismo pueda abordar un nuevo día, como puede ser la creación de neurotransmisores que nos den paz, tranquilidad, ganas de levantarnos de la cama, motivación…, o los procesos hormonales que nos recuperen a nivel físico del desgaste sufrido en el día.
Conclusión
Pensemos, que el hecho de sufrir este tipo de patologías, nos llevará seguramente a un estilo de vida que nos conducirá a otras muchas otras patologías, como obesidad, TCA, diabetes tipo II, síndrome metabólico enfermedades autoinmunes e incluso cáncer.
Visto todo esto, tenemos que entender que este tipo de patología, se debe abordar de una manera integrativa y no solamente con el uso de fármacos o terapia, si realmente queremos revertir de manera definitiva y real estos procesos de ansiedad y depresión.