Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por una disminución de la densidad de
los huesos a causa de la pérdida del tejido óseo normal. Esto conlleva una disminución de la
resistencia del hueso frente a los traumatismos o la carga, con la consiguiente aparición de
fracturas.
El hueso es un tejido vivo, en constante renovación. Por un lado se forma hueso nuevo
(formación ósea) y, simultáneamente, se destruye hueso envejecido (reabsorción ósea).
La osteoporosis aparece cuando se rompe el equilibrio entre ambas, bien porque disminuya la
formación de hueso nuevo, o bien porque aumente la reabsorción, o por ambas causas
simultáneamente.
En la osteoporosis los huesos se vuelven más porosos, aumentado el número y la amplitud de
las celdillas que existen en su interior. Están más delgados y frágiles, resistiendo así peor a los
traumatismos y fracturándose con facilidad.
Esta patología es asintomática y puede pasar desapercibida durante muchos años, hasta que
finalmente se manifiesta con una fractura.
Esta patología es más frecuente en mujeres, aunque también pueden sufrirla los hombres,
especialmente si tienen una edad avanzada.

“En el caso de España, se estima que 2,5 millones de españoles mayores de 50 años tienen
osteoporosis. La prevalencia en la población posmenopáusica es del 25%, es decir, una de cada
cuatro mujeres padece esta enfermedad, que ocasiona unas 25.000 fracturas al año.
La repercusión sociosanitaria de la osteoporosis es enorme y se mide en términos de incidencia
de las fracturas. Aproximadamente, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres
mayores de 50 años sufrirán al menos una fractura osteoporótica en su vida restante”,
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur, húmero, vértebras, cadera o
muñeca.

¿CÓMO AFECTA A LA MUJER?
A partir de los 40 años, la masa ósea comienza a disminuir, generalmente, se produce una reducción de masa ósea de entre un 0,5 y un 1% anual, por tanto o hacemos algo para revertirlo o estamos condenados a sufrir sí o sí esta patología. En el caso de la mujer hay además un punto de inflexión importante en la etapa de la menopausia, ya que la desaparición de la función ovárica provoca un aumento de la reabsorción ósea (es el proceso por el cual los osteoclastos eliminan tejido óseo liberando minerales, lo que da como resultado una transferencia de ion calcio desde la matriz ósea a la sangre).

DIFERENCIA ENTRE OSTEOPOROSIS Y OSTEOPENIA
La osteopenia es el adelgazamiento de la masa ósea. Mientras que esta disminución de la masa ósea no se considera una enfermedad en sí misma, sí es un factor de riesgo muy grave para el desarrollo de la osteoporosis. La osteopenia podemos decir que es una fase previa antes de sufrir osteoporosis. La diferencia entre el diagnóstico de osteopenia y osteoporosis es la medida de la densidad mineral ósea.

SOLUCIONES
-Mantener un consumo adecuado de calcio. Los alimentos más ricos en calcio son los lácteos (aunque de algunos de ellos, no se asimila el calcio en gran cantidad), también se consigue un gran aporte con los frutos secos (nueces, avellanas y almendras), legumbres (frijoles blancos, garbanzos), pescados (sardinas en lata con espinas), vegetales (berros, brócoli), semillas (sésamos) y el tofu entre otros.

-Ingesta de alimentos que aportan vitamina D. La principal fuente de vitamina D es la síntesis cutánea a partir de la exposición a la luz del sol. Sin embargo, la dieta también puede contribuir a adquirir las necesidades diarias, a partir de los alimentos enriquecidos con vitamina D: yema de huevo, hongos y, principalmente, pescados azules como el salmón, las sardinas, los boquerones, el atún y la caballa.

-Nutrición idónea para la salud ósea. Se requiere una ingesta adecuada de proteínas para la salud ósea pero también para mantener la masa muscular, que es un factor importante en la prevención del riesgo de caídas. Adicionalmente, se recomienda una dieta sana con frutas y vegetales que son fuentes de vitamina K (hortalizas de hoja verde, verduras como el brócoli y frutas como el kiwi) y magnesio (hortalizas de hoja verde, semillas de calabaza y lino, almendras). La dieta también debería proporcionar zinc y especialmente vitamina B.

-Introducir entrenamiento de fuerza, intercalando un entrenamiento con cargas (recordemos que para mover una carga, el músculo necesita de una palanca para hacer fuerza, dicha palanca es el hueso) por tanto, cuanto más masa muscular tengamos, más fuerte serán nuestros huesos. Los ejercicios de pliometría (saltos), siempre adecuándolos a la situación del individuo y de forma progresiva, son los que más evidencia tienen a la hora de tener una buena densidad ósea.

CONCLUSIÓN
Está en nuestras manos detener la aparición o progresión de la mayoría de estas patologías, o por lo menos el prolongar en el tiempo lo máximo posible su padecimiento, por lo que es muy importante su prevención, ya que cuando la sufrimos es difícil que sea reversible y, muchas veces cuando nos damos cuenta, es cuando sufrimos una fractura con todo lo que ello puede conllevar.